
Titulo original: Fever
Autor: Lauren DeStefano
Saga: Jardín químico #2
Género: Juvenil/Distopía
Editorial: Puck/Ediciones Urano
Páginas: 351
*Muchas gracias a Ediciones Urano Colombia por el ejemplar*
Con ayuda de Gabriel, Rhine ha logrado escapar de la mansión y del terrible destino que la aguardaba en Efímera. Pero en el exterior se encuentran con un mundo incluso más aterrador que el que dejaron atrás.
Entre los peligros que los aguardan, caen en un burdel dirigido por una cruel y demente tirana. Una vez más, Rhine debe hacerse pasar por una chica dócil mientras planea su escape. Los dos están decididos a llegar a Manhattan, donde tal vez puedan encontrar la paz viviendo con Rowan, el hermano mellizo de Rhine. Pero el camino es largo y peligroso, y además deben eludir los intentos de Vaughn, el suegro de Rhine, de regresarla a la mansión cueste lo que cueste. Y en un mundo donde las mujeres viven hasta los veinte años y los hombres hasta los veinticinco, el tiempo vale mucho más que el oro.
En esta secuela a la fascinante Efímera de Lauren DeStefano, Rhine deberá decidir si la libertad vale su precio, ahora que tiene mucho más que perder.
Tengo una relación de amor/odio con éste libro. Una de las razones principales es el hecho de que duré casi un mes para terminarlo. Las primeras 70 páginas confirmaron todo lo que me temía al terminar el primer libro; el mundo creado por DeStefano era peor de lo que me imaginaba. No se trataba sólo de la destrucción, sino de la poca definición del mismo que ella plantea. Por un lado mostraba un mundo caótico y destruido, y unas cuantas páginas después mostraba un sistema organizado de vida, que contradecía todo lo que en un principio afirmaba. Era como leer en un libro dos mundos alienígenas distintos. Se quedaba corta en sus descripciones e impedía que yo como lectora me introdujera en éste mundo distopico.
La lectura me frustró a tal punto, que fui incapaz de seguir leyendo. La inclusión de la feria de prostitutas me pareció un intento fallido de darle un giro diferente a la historia. Puedo rescatar tres personajes nuevos, pero los demás fueron un parche que no cuadraba en la historia.
Rhine y Gabriel se mantuvieron juntos en casi todo el libro, y aprecié el desarrollo de su relación, que no fue apresurada y por el contrario, se fortalecía con pequeños y certeros pasos.
Cuando inicié mi pequeña maratón
el día de ayer, retomando dónde lo había dejado, me llevé la sorpresa de que la
historia aunque no perfecta, iba
adquiriendo un ritmo mucho más entretenido y justo para la historia que plantea
la trilogía. No mentiré al decir que me enganché, porque no veía la hora de terminar
el libro, pero los hechos que empezaron a rodear a los protagonistas se volvían
más dignos de leer.
Se empezó
a mostrar historias de vida diferentes, que lograron arrugarme el
corazón. Loquilla fue un personaje tan bonito y extraño, que le dio relevancia
a los propósitos de la historia. Ella era la personificación de los errores de
la humanidad, pero a la vez era la luz de unas cuantas vidas.
A pesar de que 495 páginas de éste libro inclinan la balanza hacía una lectura no tan recomendada, TENGO que ser justa y salvar éste libro por las últimas 56 páginas. ¡Lloré, grité, me frustré, quise matar personajes malignos y malvados! Fue la cosa más loca que he tenido la fortuna de sentir en éste último mes. Si el libro sólo lo calificara por esas últimas páginas merecería un ¡10!, porque hizo que valiera la pena todo el sufrimiento de las páginas anteriores. Un gran número de secretos y misterios fueron develados, el miedo más grande que sentía durante toda la historia se hizo realidad, las máscaras se cayeron y se demostró que el “suegrito” era un monstruo que jugaba con la vida de todo el que lo rodea. Pocas veces he odiado a un antagonista, como lo hice con éste. Aún no puedo creer como era capaz de utilizar a niñas de no más de 10 años para experimentar con ella y ¡embarazarlas! Todo se trataba de su afán egoísta por salvar algo que, según él, quería con todo su corazón. Son tan perturbadores todos sus experimentos.
Fiebre es un libro que hay que
darle tiempo, porque su desarrollo es lento. Su autora tiene un modo de
escritura particular, que no necesita de diálogos elaborados o con frases poéticas
porque su realismo es un punto a favor. Su escritura y el modo de ser de la protagonista
poseen un sinsentido que acabé por apreciar al final, a veces creía que iba a
decir o pensar algo super profundo, pero simplemente era radical en su incoherencia
–esa es la razón por la cual no he aportado ninguna cita en la reseña-. Los
nuevos personajes y el final del libro logran darle un empujón grande a ésta
historia y su final es E.S.P.E.C.T.A.C.U.L.A.R. Quedé como gallina sin cabeza
cuando leí el último párrafo, ¡así de bueno deben ser todos los finales! Sólo
deseo empezar la tercera parte.
PUNTUACIÓN:




Yo he leído tantas reseñas y con tantas opiniones diferentes que me tiene confundida, pero por el momento no lo descarto como a posible lectura.
ResponderEliminar¡Saludos!